Aunque pertenecer al mismo signo casi siempre es sinónimo de paz y armonía, en este caso es…otra historia.
Los Aries son personas fogosas y pasionales, a priori, algo muy positivo para el devenir de la relación, pero que, por otra parte, podría resultar un inconveniente. De hecho, la integridad podría convertirse en terquedad y la pasión en violencia. Cada uno podría tratar de tener siempre la última palabra en todo y esto podría degenerar en una situación de discusiones y luchas de poder constantes e interminables. Eso sí, la relación no será nunca aburrida, promete acción y aventuras ilimitadas si es que soportan estos momentos turbulentos. No todos lo hacen.
Por otro lado, otro pequeño obstáculo que encontramos en esta unión es que tanto el hombre como la mujer Aries son personas independientes en ciertos aspectos de su vida. No aceptan estar en una relación donde no haya una cierta libertad que les permita vivir otras experiencias fuera de la relación. Necesitan hacer planes, nuevos amigos, salir a cenar con sus amistades de siempre y, sobre todo, que la pareja no suponga un obstáculo para todo esto.
Quieren disfrutar de todo lo bueno que te ofrece una relación, pero siempre y cuando esto no suponga un impedimento para alcanzar su felicidad en los demás campos de la vida. Hay confianza suficiente entre ellos como para llevar una relación basada en el entendimiento mutuo, el respeto y la lealtad.
Otro problema que suele surgir en esta unión, a pesar de que ambos son seres de naturaleza independiente, es que siempre uno suele tener más dependencia del otro y esto provoca discusiones cuando el miembro menos dependiente intenta hacer demasiados planes sin contar con su pareja. En este caso, el menos dependiente deberá hacer un esfuerzo para incluir a su pareja en algunos de sus planes para evitar que se vea desplazado y esto pueda afectar a la relación.
Para que esta unión entre dos aries pueda ser viable, en primer lugar, será necesario que ambos trabajen en mejorar la comunicación de pareja, y, sobre todo tendrán que aprender a no cruzar los límites, a no invadir el territorio del otro miembro de la pareja, permitiéndose mutuamente la existencia de una vida fuera de la pareja y de la que ambos pueden sacar muchas cosas buenas que además ayuden a fortalecer su relación.
Si consiguen superar estos pequeños obstáculos y se apoyan en todo lo que tienen en común, podrán vivir una relación feliz y llena de inolvidables momentos porque ambos tienen una misma necesidad de ser amados y una visión muy parecida de lo que tiene que ser una vida de pareja en común. Simplemente tendrá que mejorar la comunicación entre ellos y permitirse mutuamente compaginar la vida de pareja con una vida fuera de la misma.
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