Preguntas que todo buen novio (y novia) debería saber responder

Manuel GarManuel G | 04 Septiembre 2023

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El cortejo es una época muy hermosa. En esta etapa, sentimos ansiedad por conocer a la otra persona, mostramos nuestro lado más tierno y experimentamos muchas sorpresas y recuerdos. Al mismo tiempo, junto a este torbellino de sentimientos, el noviazgo es un proceso de preparación y maduración, donde la una pareja se descubre mutuamente y avanza hacia un compromiso definitivo.

En este proceso, en parte peligroso y en parte sublime, no tememos hacer promesas que, para otros, parecerían arriesgadas: el "para siempre" parece efímero cuando estamos al lado de quien amamos. Pero ¿es posible un "para siempre"? ¿Cómo saber si ese "para siempre" es factible?

He aquí algunas preguntas que todo novio o novia debería poder responder antes de iniciar esta aventura llamada matrimonio.

1. ¿Por qué le quieres?

Esta pregunta puede ser bastante desconcertante para algunos, porque si estamos juntos es porque nos queremos. ¿Verdad? Pero ¿qué entendemos por amor? Una buena definición es "la capacidad de hacer algo por los demás". Si se asimila bien este concepto, todo es más fácil de entender. Es entonces cuando aprendes a olvidar una preferencia personal, a sacrificarte, aunque, a menudo, esto no ocurra de forma fácil y agradable. "No diré tal o cual cosa, porque le quiero; elijo lo que prefiere, porque le quiero; no me enfadaré, porque le quiero; no compraré lo que no es necesario, porque le quiero", y así sucesivamente: los ejemplos son infinitos.

2. ¿Seguirás enamorado cuando todo se convierta en rutina?

Cuando estamos saliendo, lo peor es mantenerse alejado. Pero con el paso del tiempo, la rutina, la excesiva carga de preocupaciones y el cansancio hacen más difícil hacer cosas que demuestren el amor que sientes. "Te quiero, eres la persona más importante para mí, sólo tengo ojos para ti". Es importante expresar este afecto, aunque suponga un esfuerzo extra cada día. El amor implica sacrificio: el marido debe amar a su mujer y demostrarlo. El amor, para ser verdadero, debe costar. Sí, a veces es difícil, pero merece la pena.

3. ¿Estarás a su lado en los momentos más difíciles?

El matrimonio no es una eterna luna de miel: los "momentos difíciles" no se refieren sólo a la muerte o la enfermedad del cónyuge. Estos momentos se esconden en medio de la vida cotidiana, en el cansancio después del trabajo, en el mal humor después de una discusión, en el agotamiento de permanecer despierto cuidando al bebé enfermo, etc. Los ejemplos podrían seguir y seguir, pero lo cierto es que los momentos difíciles ocurrirán. Nos engañaríamos si pensáramos que porque nos amamos todo será perfecto. Debemos recordar que en medio de la adversidad, una sonrisa, un ofrecimiento de ayuda o un pequeño gesto son una gran y concreta manifestación de amor.

4. ¿Qué tipo de padre quieres ser?

Cuando se sale con alguien, es importante hablar de las expectativas con respecto a los hijos. No basta con decir que se quiere ser un buen padre o una buena madre, porque todos quieren serlo. La pregunta es: ¿qué entiendes tú por ser "buen padre" o "buena madre"? ¿Qué valores quieres enseñar a tus hijos? ¿Qué principios guiarán su educación? ¿Te esforzarás por estar presente en sus vidas? ¿Cómo vas a compaginar tus proyectos personales con la familia? Estas son algunas cuestiones que deben discutirse durante el noviazgo: por si no lo sabías, los hijos suelen venir después del matrimonio.

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5. ¿Pedirás perdón si te equivocas, aunque sea difícil?

Es importante aprender a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas. “Siento haberte levantado la voz” “Siento haber pasado de largo sin saludar”, “Siento haber llegado tarde”, “Siento haber estado tan callado esta semana”, “Siento haber hablado demasiado, sin escuchar nunca”, “Siento haberme olvidado”, “Siento haberme enfadado y haberte tratado mal”. Cada día podemos decir "lo siento" muchas veces. Pero nunca debemos terminar el día sin pedir perdón, sin que la paz vuelva a nuestro hogar, a nuestra familia. Es normal que los cónyuges discutan, siempre hay algo por lo que discutir. Puede que hayáis discutido, puede que haya volado un plato, pero recuerda esto: ¡nunca termines el día sin hacer las paces! ¡Nunca, nunca, nunca!

6. ¿Estarás dispuesto a apoyarme cuando no pueda arreglármelas solo?

Hay muchas maneras de entender esta cuestión. Desde el punto de vista emocional: ¿serás paciente conmigo cuando yo no pueda serlo? Cuando, por el motivo que sea, esté frustrado, enfadado, triste: ¿cuánto tiempo crees que podrías permanecer a mi lado sin obtener nada a cambio? Desde el punto de vista económico: si me pongo enfermo, si pierdo el trabajo, si las cosas no salen como esperamos, ¿crees que podrás darnos seguridad a mí y a nuestros hijos? ¿Trabajar para los dos? Nadie planea perder su trabajo o enfermarse. Sucede y no sabemos cómo reaccionaríamos. ¿Qué estarías dispuesto a hacer en ese caso?

7. ¿De verdad crees que casarse es importante?

En todas partes escuchamos que el matrimonio "es sólo un papel", una convención social. ¿Es eso lo que el matrimonio significa para ti? ¿Un proceso burocrático? Es importante saber qué significa el matrimonio para la otra persona, porque es algo más que un certificado, mucho más. Es una decisión total e irrevocable de una pareja que decide convertirse en la base y el origen de una familia. Esto no puede contenerse en un simple papel, pero el vínculo legal que representa es grande: es el símbolo de su total dedicación y aceptación del otro. A la persona que no se decide a amar para siempre le resultará muy difícil amar de verdad durante un solo día. ¿Por qué? Porque "para siempre" es una sucesión de muchos "ahora". Tenemos que ser fieles en las pequeñas cosas, día a día, para poder ser fieles para siempre.

Una última advertencia

Nadie empieza a competir sin un entrenamiento previo. Las citas son exactamente eso: un entrenamiento. Quizá alguien que haya leído este texto piense: "Pero es muy difícil; ¿quién va a querer casarse si es así?". Bueno, no se trata de tener miedo a casarse, sino de hacerlo sabiendo que no será fácil, que no será un camino de rosas, pero que será maravilloso. Es bueno que la pareja lo sepa, para que no entre en pánico cuando se produzcan estas dificultades durante el matrimonio.

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