Las flores son sutiles encarnaciones de la naturaleza y uno de los símbolos que más se emplean a la hora de elegir diseños de tatuajes. Las diferentes culturas asignan significados a las flores, unos significados que se trasladan al tatuaje con el que marcas tu piel.
En el caso del clavel, se trata de una flor que se relaciona en la mayoría de casos con los sentimientos intensos y nobles, como el amor y el afecto.
En el pasado, también se ha asociado el clavel con el Día de la Madre y el Día de la Mujer, y dependiendo de los colores en los que se presenta, se les han asignado determinadas particularidades.
Los claveles blancos, como la mayoría de las flores blancas, son símbolos de pureza y por lo tanto representan la devoción, y el amor no consumado. Un clavel rojo, por el contrario, transmite fuertes sentimientos de pasión y amor, es decir, un sentimiento más carnal y menos etéreo.
En el caso de los claveles rosados la asociación es con el amor maternal y cuando los claveles se presentan en color amarillo esa mencionada nobleza de sentimientos queda a un lado, puesto que sirven para representar emociones fuertes pero dolorosas, como los celos, el desprecio y el rechazo.
Los claveles púrpuras se asocian con sueños y fantasías y los claveles multicolores significan rechazo, especialmente en una relación romántica.
Las mujeres suelen ser las que con más frecuencia eligen los tatuajes de claveles. En una mayoría de casos lo hacen simplemente por criterios estéticos, ya que creen que la representación de un clavel en su cuerpo resulta bella a la vista, pero conocer el significado de los distintos colores de los tatuajes de claveles puede servirles para atinar más aún en su elección, representando no solo una bonita flor, sino un sentimiento o estado de animo que les ha influido con tal intensidad y duración como para querer llevarlo pegado a la piel para el resto de sus días.
Lo que los claveles significan en diferentes países
Al tatuaje del clavel se le han asignado connotaciones que van más allá de lo estético ya que esta flor ha tenido un importante simbolismo en manifestaciones políticas de distinto orden acaecidas a lo largo de la historia.
En Australia, durante las procesiones en memoria de los revolucionarios de 1848, los manifestantes llevaban claveles rojos, y durante la revolución francesa de 1793, los condenados al patíbulo, decoraban sus ropas con claveles.
Los italianos consideraban el clavel como un atributo del apóstol Pedro, mientras que en Alemania, se usaba para rememorar las hazañas de los cruzados, y durante la revolución rusa, el clavel era un signo de la sangre derramada. Incluso ya en tiempos más recientes, en Portugal tuvo lugar la llamada “revolución de los claveles”
Sin embargo, toda esta carga político-revolucionaria con la que se ha venido identificando, ha ido quedando atrás paulatinamente y hoy en día el clavel no se tatúa con una intención de mensaje ideológico. Por fortuna su representación ha quedado reducida a una expresión de amor, un signo y belleza en el cuerpo.
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