10 Consejos para evitar que tu matrimonio acabe en divorcio

Manuel GarManuel G | 04 Septiembre 2023

Los problemas emocionales afectan a muchos matrimonios, porque con el tiempo se convierten en auténticos dolores de cabeza. Y pueden ser difíciles de identificar.

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Peleas por dinero, por la forma de criar a los hijos, insatisfacción por la forma en que el otro corresponde a un sentimiento. Estos son algunos de los problemas emocionales que afectan a muchos matrimonios. Y son sutiles. Poco a poco se convierten en parte de la rutina diaria de la pareja, y los agravios derivados de estas cuestiones suelen aparecer durante las discusiones, en el calor del momento.

Lo ideal sería que estas decisiones emocionales se tomaran sin darles demasiada importancia. Pero somos humanos. Si te preguntas cómo evitar que tu matrimonio se vea afectado por estos sentimientos, la mejor respuesta es que te anticipes a tus decisiones, tomándolas en función de lo que es mejor para tu relación y no a lo que consideras mejor para ti, exclusivamente. Aquí, a continuación te ofrecemos 10 cosas que puedes hacer hoy para mejorar tu matrimonio:

Nunca utilices el divorcio como moneda de cambio: te has casado y eso es un compromiso para toda la vida. Así que no caigas en el error de amenazar con el divorcio intentando que tu cónyuge justifique tu decisión. De hecho, deberías eliminar esta palabra de tu diccionario.

Nunca te vayas a dormir enfadado: cuando tengáis una discusión, reúnete con tu pareja para buscar una solución al problema. Resuelve tus problemas antes de irte a la cama, porque con el nuevo día llega la renovación y cargar con la amargura no es bueno para la relación. Si no puedes hacerlo solo, busca asesoramiento, alguien que te ayude a entender la situación. Y recuerda: esto no es un signo de debilidad, sino de sabiduría.

- No mantengas el desacuerdo: el matrimonio es el viaje más largo de tu vida. Por eso, si uno de vosotros decide ir por un camino opuesto al del otro, surgirá un problema. Así que opta siempre por hablar de los temas que afectarán a la vida familiar y buscar con tu pareja una solución beneficiosa para ambos y para vuestra unión.

- Respeta las diferencias: sois dos individuos diferentes, lo que significa que no veréis siempre el mundo de la misma manera. No os faltéis al respeto cuando el otro piense diferente y evita juzgar a tu pareja. En cambio, agradece las características que te hacen único, pero complementario, dentro de la relación.

- Escucha las quejas del otro y no te pongas a la defensiva: dale al otro el derecho a expresar sus insatisfacciones, sin mostrarte irritante. Cuando uno habla, el otro tiene que escuchar. Quizá sea este el punto en el que es necesario un buen control emocional. En el fragor de una discusión, para defenderse sin sufrir, uno de los interlocutores puede lanzarse a hablar sin pensar, rebatiendo todas y cada una de las palabras escuchadas. No ignores las quejas del otro, préstales atención.

Sed fieles el uno al otro: más que en el área sexual, nos referimos a fidelidad en el área emocional. Esto significa que, incluso en los momentos de frustración o dificultad, deberíais evitar que vuestros corazones se alejen.

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Desarrolla relaciones sanas con otras parejas: rodéate de personas que te animen a seguir adelante cuando te enfrentes a momentos difíciles. Busca un modelo para la relación en otras parejas, no que sean perfectas, sino que muestren cómo se pueden superar los obstáculos de la vida con dedicación y amor. Si eres religioso, conéctate a una comunidad cercana donde haya acompañamiento espiritual y donde puedas hacer grandes amigos.

Tomad las decisiones juntos, con un solo pensamiento: los dos sois socios al 50%. No debe haber un cónyuge dominante y otro más sumiso. Cuando toméis decisiones importantes, ambos llegaréis a un acuerdo que os satisfaga a ambos, respetando las opiniones del otro. No trates de manipular a tu pareja al otro para cambiar sus decisiones o influir en ellas.

- Prioriza el compromiso que tienes con tu pareja: si en algún momento es necesario renunciar a tu tiempo libre, tus estudios, un tratamiento terapéutico o un acto religioso, hazlo. Tus hijos tienen en tu matrimonio el espejo de lo que desean para el futuro. Por eso, intenta ser el mejor ejemplo para ellos, manteniendo una relación sana, en la ambos recortéis las aristas por igual.

Elige el amor: no busques una relación de apariencias o conveniencias, esfuérzate cada día por construir una base sólida en el amor. Os habéis comprometido a estar juntos en todo momento, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la prosperidad y en las adversidades económicas. Si no hay amor, la relación se disolverá en las tormentas de la vida. Elige amar, resistir, estar presente.

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