¿En crisis y te quieres divorciar? 9 Motivos para no hacerlo

Manuel GarManuel G | 06 Julio 2022

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Relacionarse con otras personas no es algo sencillo. Y aunque os conozcáis desde hace años, seáis amigos o incluso hermanos, los desacuerdos surgirán una y otra vez. En el matrimonio, no será diferente. No siempre habrá consenso en algunas cuestiones, las cosas no se resolverán siempre en una primera conversación y la vida no será perfecta.

Y si todo esto se prolonga durante un largo periodo de tiempo, puede ser que llegue el pensamiento de que ya no vale la pena estar juntos y que la unión ha dejado de tener sentido. Si esto ocurre, en primer lugar, reflexiona. Por muy grave que sea la crisis, no significa necesariamente el fin de la relación. El fin de un matrimonio conlleva una serie de dificultades para toda la familia, especialmente para los hijos. A continuación, te ofrecemos varios consejos, para quienes se encuentran precisamente en este momento en el que parece que no se puede hacer ningún esfuerzo para mantener un matrimonio.

1. Las cosas pueden mejorar

Nada tiene lugar de la noche a la mañana. Pensar a largo plazo, creer que las cosas pueden mejorar, es un buen camino. Puedes contribuir a ello poniendo algunas virtudes en práctica. En los momento difíciles, intenta ser resistente y tener paciencia con tu pareja. Recuerda que tú tampoco eres perfecto, que también tienes limitaciones y fallos. Opta por cambiar tus actitudes antes de cargar contra el otro, para que, a través del ejemplo, tengáis la oportunidad de daos cuenta de lo que hay que mejorar, si es que realmente es necesario que cambie. Y, por supuesto, elige amar antes que nada. El amor te hará ser más optimista sobre las posibles mejoras.

2. Hay crisis importantes

Esto no significa que tus problemas no sean válidos o no tengan importancia. Por supuesto, para el que tiene el problema, el suyo siempre será el mayor, pero a veces nos ayuda mirar alrededor, para darnos cuenta de que nuestra pareja no es la peor de todas. De hecho, probablemente no lo sea, y puede ser que una charla con un consejero os ayude a ver lo mejor del otro y a estar agradecidos, a pesar de todo.

3. Podéis crecer juntos durante la crisis 

No es que necesariamente "después de la tormenta llegue la calma", pero ser lo suficientemente fuerte para capear una crisis hará que vuestra unión sea mucho más fuerte después. Los matrimonios pueden pasar por situaciones difíciles con las tormentas del día a día, los problemas económicos, un hijo enfermo, el estrés en el trabajo. Todo esto puede ser un gran factor de desmotivación. Pero con paciencia podréis enfrentaos al problema y resolverlo juntos.

4. Los niños necesitan a sus héroes

Tu pareja y tú compartís un amor por vuestros hijos que beneficia su desarrollo social, cognitivo y afectivo. Sois el modelo al que miran cuando quieren ser mejores personas, cuando imaginan su propio futuro. Cuando vean que, incluso en los momentos de mayor turbulencia, estáis juntos y buscáis alternativas para continuar con el compromiso adquirido, ellos también tendrán la referencia que necesitan para construir sus propias relaciones.

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5. Tus hijos necesitan tener un refugio, un hogar

Los niños no están preparados para afrontar el trastorno que supone vivir en dos lugares. La separación de sus padres y el hecho de vivir en dos casas puede ser estresante para ellos. Los niños se sienten divididos entre los sentimientos de lealtad a su madre o a su padre, y el deseo de estabilidad en su vida cotidiana.

6. Puedes volver a enamorarte

Puede que el romanticismo de los primeros días de noviazgo nunca vuelva, pero puedes aprender, a medida que madures, nuevas formas de mantener el sentimiento que tenías al principio de tu relación. Comprometerse a buscar nuevas formas de demostrar el amor a tu pareja es importante para que durante las etapas del matrimonio puedas mantenerte firme. Enamórate de tu pareja cada día e invierte en tu relación.

7. Crecerás como individuo

Estar casado puede enseñarte muchas cosas sobre ti mismo, algunas buenas y otras malas. Intenta siempre aprender algo de los demás, abre la guardia y ábrete al aprendizaje, acepta sugerencias. Esto no significa que tengas que dejar de lado tus propias opiniones, pero sí que has de ser lo suficientemente sabio como para adquirir nuevos conocimientos.

8. Eres el modelo de tu hijo

Los niños necesitan ver a sus padres enfrentarse a los retos de la vida. Al buscar soluciones para el matrimonio, les enseñas una forma sana de comunicarse, el proceso de solucionar los problemas y la importancia del perdón en una relación.

9. Ejercer la paternidad en solitario no es sencillo

Antes de decidirte a romper tu matrimonio, analiza la logística de tu vida y cómo funcionarían estas exigencias en una familia divorciada. El divorcio no solo afecta a los niños, sino también a los adultos, ya que altera toda la dinámica familiar. Los padres y las madres sufren, pero sobre todo los hijos, ya que sienten las preocupaciones externas y a veces acaban intentando madurar antes de tiempo, para satisfacer las necesidades de sus padres.

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