¿Curar la úlcera de estómago de forma natural? Aquí la clave
Manuel G | 17 Julio 2022

Ya se habla de trescientos mil españoles que padecen úlcera de estómago. Es una enfermedad que al parecer prolifera como los hongos en la humedad, y generalmente es una consecuencia de ese aspecto pernicioso de la sociedad actual llamado consumismo, un consumismo dirigido también, locamente, hacia los medicamentos. La úlcera de estómago debe tratarse adecuadamente cuanto antes, de lo contrario se reproducirá en primavera y en otoño, como las amapolas.
En cualquier alteración del aparato digestivo juega un papel preponderante el desequilibrio térmico, incluso electromagnético, del cuerpo, a lo que contribuye en gran manera la cantidad de droga ingerida y ciertos «alimentos», entre otras cosas. La descomposición del concierto metabólico o quimificante se puede originar por múltiples causas. La excesiva acidez del estómago, con su voraz poder cáustico, es la primera. Luego la tensión continua en la que se vive, el materialismo, las prisas...
A pesar de su espectacularidad, a veces, y a su dolorosa incidencia, la úlcera de estómago es fácil de curar si se prescinde de todo tratamiento químico que siempre complica y deteriora. La duodenal por ejemplo, la más popular, es asimismo la más benigna de las que se sitúan en el tracto digestivo y la única entre todas que nunca degenera en cancerosa.
Al cabo de muchos años, tras haber conseguido tantas radicales curaciones de este mal, nos hallamos convencidos de que la mejor terapia aquí, tanto para la úlcera duodenal como para la gástrica, es hacer conocer al paciente la sugestión.
Una sugestión de tal modo convincente que reste importancia a su padecimiento y sepa sobreponerse a sus molestias. Esto, naturalmente, sin abandonar nunca los consejos del clínico en cuanto a coadyuvantes, como por ejemplo, la adecuada dieta carente de carnes y el reposo anímico. En cierta ocasión escuchamos decir a don Gregorio Marañón que aquel ulceroso que tenga demasiadas preocupaciones, que viva angustiado o se escuche en demasía, verá rápidamente agravado su mal. Esto es una gran verdad, aplicable no sólo a la úlcera de estómago, sino a todas las enfermedades. La sugestión es vital, ella se impone como una terapia más, quizá la más importante.
¿Tratamiento?
El mayor reposo posible mientras dure el mismo,
1. A fin de limpiar la vesícula biliar y ayudar a la segregación del hígado, el paciente debe tomar en ayunas, durante tres mañanas seguidas, una cucharada sopera de aceite de oliva virgen. A la media hora podrá desayunar un vaso de manzanilla o malta con leche de almendra (la leche animal queda descartada), o bien fruta del tiempo muy madura y preferiblemente ácida. A las dos horas o algo más, otro vaso de leche de almendra (una cucharada diluida en agua). Nada de café, pan, dulces ni galletas. Todos los alimentos a ingerir deben estar templados, jamás caliente. Se ha de procurar refrescar las entrañas y facilitar los movimientos peristálticos naturales del aparato digestivo y el diafragma; ir devolviendo, en suma, la debida temperatura y equilibrio compensatorio interior.
2. Durante los diez primeros días, y a fin de evitar esfuerzos digestivos tan contraproducentes en este aspecto de normalización, el menú debe estar compuesto a base de papillas cocidas de harina de trigo integral, de papillas crudas y crema de patata o sémola de maizena. Luego, tras estos días de régimen tan especial pero necesario, se podrá añadir prudentemente al menú un poco de ensalada de lechuga con unas gotas de aceite, ensalada que debe ser muy bien masticada. Al día siguiente de la primer ensalada, ir adicionando algunas aceitunas desaladas, horchatas de chufas, almendras o arroz. Pero sobre todo,' frutas del tiempo bien maduras, tomadas el día que no se coma ensalada o bien, alejada de éstas cuatro o cinco horas.
Bien entendido que todo ello deberá tomarse SIN PAN de ninguna clase y la menor cantidad de sal posible, siendo mejor suprimirla. En adelante, cuando ya las molestias hayan desaparecido, se podrá comer algo de queso blanco, yogur, cuajadas, carn.ita vegetal, soja verde, paella de arroz sin especias ni grasas, cubitos de ostra-gluten, y para evitar más problemas digestivos, en lo sucesivo realizar una alimentación natural y equilibrada.
3. Se podrá beber toda el agua que se desee, si es mineral sin gas, mucho mejor; pero nunca durante las comidas. Reposar toda comida, sobre todo el almuerzo, sin dormirse ni leer. Hay que retirarse de esa «elegante» costumbre de fumar; dormir durante la noche todo lo posible y procurar ser optimista.
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